Blog del Servicio de Prevención del Fraude

Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF)





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lunes, 21 de enero de 2013

INTRODUCCIÓN A LA PREVENCIÓN DEL FRAUDE





El fraude en la empresa financiera, puede ser estudiado de diferentes formas, entre las que destaco las siguientes:
  • Desde su autoría.
  • Desde su objeto.

Estudiado desde su autoría, el fraude puede ser INTERNO si en el mismo intervienen empleados o directivos de la propia empresa, o EXTERNO si sus autores son clientes que usan su propia identidad, o si sus autores son terceras personas desconocidas que usan identidades falsas, o identidades usurpadas a los verdaderos titulares.

Desde  su objeto, el fraude puede ser analizado teniendo en cuenta los diferentes criterios  de ataque utilizados por los defraudadores:
  • Ataque a una empresa concreta.
  • Ataque a un sector de actividad.
  • Ataque a un determinado bien o servicio comercializado por una empresa o por un sector de actividad.

En el análisis del FRAUDE EXTERNO, utilizaré la siguiente clasificación que encuentro más clarificadora que la utilizada por los especialistas anglosajones:
  1. Fraudes cometidos con la propia identidad
  2. Fraudes cometidos con identidades falsas o usurpadas

En la terminología anglosajona, a los fraudes externos cometidos por defraudadores que utilizan su propia identidad se les conoce como fraudes por primera parte, y a los fraudes externos  cometidos con identidades falsas o usurpadas se les conoce como fraudes por tercera parte.

Según el esquema planteado, el estudio de la prevención del fraude requiere un ejercicio de sistematización que facilite el análisis de sus diferentes enfoques, por lo que iré presentando progresivamente:
  1. Fraudes cometidos con identidades falsas o usurpadas y su prevención
  2. Fraudes cometidos con la propia identidad y su prevención
  3. Fraudes cometidos contra una empresa concreta y su prevención
  4. Fraudes cometidos contra un sector de actividad y su prevención
  5. Fraudes cometidos contra determinados bienes y servicios y su prevención






LA PREVENCIÓN DEL FRAUDE

Una empresa financiera necesita gestionar su negocio para conseguir el máximo rendimiento de sus factores productivos utilizando para ello diferentes vías, entre las que destaco las siguientes:
  •  Apostando por un crecimiento rentable y de calidad de los servicios que presta
  • Aumentando de forma constante su cartera de clientes mediante la permanente mejora de su eficiencia comercial y de marketing
  • Potenciando la optimización de su gestión del riesgo


La prevención del fraude se entronca dentro  de los estándares de calidad que debe conseguir la empresa financiera en la gestión del riesgo.

Saber gestionar el riesgo es una de las principales ventajas competitivas de cualquier empresa, para lo que necesita impregnase de una cultura de prevención  que abarque a la propiedad, al equipo directivo, a los empleados, a los proveedores y a los clientes.

Esta cultura se consigue integrando en la empresa un conjunto de medidas que tienen que ver con la gestión del riesgo, entre las que están:
  •  Una adecuada organización para la toma de decisiones de riesgo
  • Esquemas relacionales entre el riesgo y la rentabilidad
  • Procedimientos de gestión avanzados
  • Metodologías de valoración y calificación objetiva de clientes y operaciones
  • Políticas crediticias prudentes
  • Procesos de incentivación que tengan en cuenta variables de rendimiento y riesgo
  • Sistemas de control y supervisión adaptados a los requerimientos de los reguladores



Uno de los principales riesgos de las empresas financieras lo constituye el fraude, por lo que la gestión de este riesgo la denominaré:


                                         PREVENCIÓN DEL FRAUDE


Los capítulos que irán componiendo el presente trabajo tendrán como objetivo la identificación de este riesgo, su evaluación, su monitorización y su control.

Igualmente plantearé criterios que ayuden a las entidades financieras a instaurar políticas y procedimientos que sirvan para mitigar este riesgo, o para sanear prácticas perjudiciales para la prevención del fraude.

La prevención del fraude exige una metodología que está prácticamente sin hacer, por lo que este trabajo pretende ser un simple prolegómeno, en la confianza de que esta iniciativa animará a otros profesionales que dentro del sector financiero se dedican a la prevención del fraude, a que aporten sus propias experiencias. Este esfuerzo colectivo terminará enriqueciendo el material formativo de una especialidad técnica que se basa en la experiencia, pero que utiliza al mismo tiempo las enseñanzas de diferentes  ciencias que tienen que ver con la investigación policial, económica y empresarial.

Este trabajo de divulgación resulta posible por la confianza que la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF) ha puesto en mi persona, al encomendarme en el año 2002 la creación del Servicio de Prevención del Fraude, que con el tiempo ha llegado a convertirse en un observatorio privilegiado para estudiar los problemas de fraude que tiene el sector financiero, además de un punto de encuentro de los especialistas de todo el sector, a través de la COMISIÓN PARA LA PREVENCIÓN DEL FRAUDE. Dedico por tanto a la Asociación y a todos los compañeros que me han acompañado durante este tiempo, los diferentes capítulos que vaya publicando sobre esta materia en los próximos meses.

Mediante la publicación periódica de diferentes capítulos dedicados a la prevención del fraude, pretendo dar una visión de la experiencia que el sector financiero ha adquirido a través de la Comisión, y que ha sido posible reunir gracias a la estructura del Servicio de Prevención del Fraude que está soportada por la Asociación.

Esta experiencia nos ofrece las siguientes enseñanzas:
  1. La prevención del fraude sólo puede ser exitosa si es asumida por la Alta dirección y pasa a formar parte de la cultura de toda la organización.
  2. La estructura de prevención del fraude no debe ser considerada como gasto, sino como inversión.
  3. La prevención del fraude no puede ser abordada en solitario por la empresa, sino  en colaboración con las restantes empresas del sector, compartiendo experiencias y herramientas tecnológicas.
  4. Dentro del sector financiero resulta necesaria la formación de especialistas en esta materia, que tengan internamente el necesario reconocimiento profesional y externamente el académico, y que sean capaces de innovar a partir de la experiencia y de la utilización conjunta de diferentes ciencias.
  5. La verdadera prevención del fraude no puede quedar nunca atrapada en burocracias tecnológicas que la encorseten.


Durante estos diez años, a través de la Comisión se está logrando que la PREVENCIÓN DEL FRAUDE esté calando en la cultura de gestión del riesgo de las entidades financieras, que cada vez más, se están dotando de estructuras especializadas para esta función.

Los DEPARTAMENTOS DE PREVENCIÓN DEL FRAUDE, con nombres diferentes dependiendo de las entidades, están evolucionando positivamente dentro de las empresas conforme sus técnicas de gestión del riesgo van demostrando su rentabilidad. 

En estos departamentos se van integrando profesionales cada vez más valiosos procedentes de diferentes servicios internos,  o que son contratados específicamente para esta función, y se están dotando de las herramientas tecnológicas necesarias para el análisis y el control de este riesgo.

Como iremos viendo en los capítulos que siguen, estos departamentos, además de su función específica, tienen otras posibilidades de operatividad transversal, que pueden ser aprovechadas por las empresas para descargar de trabajo a los departamentos de negocio, mejorando con ello su productividad.


LA EXPERIENCIA DE LA COMISIÓN Y DEL SERVICIO DE PREVENCIÓN DEL FRAUDE

Esta experiencia está sirviendo para incrementar la colaboración entre las entidades financieras, mediante el intercambio de conocimientos, el fomento de la colaboración con las instituciones públicas y privadas que se dedican a esta materia, la creación de bases de datos con toda la garantía de legalidad, y el diseño de herramientas tecnológicas de uso compartido.

Todo ello está permitiendo reducir costes en el sector, al mismo tiempo que se  le dota con las últimas tecnologías en campos de indudable interés estratégico,  lo que, sin duda, incrementará la eficiencia futura de la prevención del fraude.

Se está trabajando también para  conseguir que todos los empleados de las empresas financieras se conciencien de su protagonismo en la prevención del fraude, y no consideren esta materia como de interés exclusivo de algunos departamentos concretos. Para conseguir este objetivo la Asociación y la Comisión, a través del Servicio de Prevención del Fraude están ofreciendo formación mediante la preparación de eventos y la publicación de estudios.

Especial atención se está teniendo para que los  especialistas ocupen el centro operativo de la prevención del fraude, rompiendo  así la tendencia equivocada en otros momentos, de primar en esta materia a las  máquinas.

Las plataformas tecnológicas seguirán siendo imprescindibles para la prevención del fraude, pero han de estar al servicio de las personas y no al revés. La experiencia viva de los analistas debería ser el impulso creativo del  sector tecnológico para el diseño de cualquier  herramienta. Ninguna empresa tecnológica debería comercializar sus soluciones, aunque hayan tenido éxito fuera de España, sin intercambiar primero experiencias con las personas que tendrán que utilizarlas en nuestro País.

Esta visión colaborativa está permitiendo el acercamiento del sector tecnológico a la Comisión y al Servicio de Prevención del Fraude de ASNEF, lo que está propiciando el diseño de soluciones tecnológicas con aplicación a la resolución de problemas concretos a partir de las necesidades planteadas por el sector. 

Resulta también imprescindible la formación de especialistas, y su profesionalización dentro de las estructuras internas de las empresas financieras, mediante el reconocimiento de su función especializada y sobre todo, fundamentando académicamente esta materia.

Este objetivo será posible en un futuro inmediato a través de los Convenios de Colaboración que estamos estableciendo con varias Universidades, como la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), o la Universidad de Alicante.


CONTENIDO DE LA PRIMERA ENTREGA DEL TRABAJO

En los capítulos que siguen  analizaré el fraude externo desde la óptica de la prevención,  centrándome  en los fraudes cometidos con identidades falsas o usurpadas, puesto que los cometidos con la propia identidad tienen que ver más con los engaños que utilizan los clientes con la intención de defraudar mediante la falsificación de sus datos de solvencia.

Dedicaré un capítulo especial a la  usurpación de identidad, que es conocida en la terminología anglosajona como robo de identidad, puesto que es un problema independiente al propio  fraude.

Este problema debe ser analizando también por las entidades financieras desde la óptica de los titulares de las identidades usurpadas, por cuanto sus efectos trascienden a los propios hechos delictivos cometidos mediante las usurpaciones, y terminan afectando la reputación de las propias empresas victimizadas por los  fraudes.

Hay que tener en cuenta que cuando un hecho delictivo se consuma o se intenta mediante una usurpación de identidad,  genera una víctima marginal al propio delito de estafa. Esa víctima   es el verdadero titular de la identidad usurpada, que resulta violentado también por el hecho delictivo, y al que con el fraude, los defraudadores ocasionan daños morales y económicos.

En el Código Penal español la usurpación del estado civil constituye por sí mismo un hecho delictivo independiente. (Artículo 401).

A los fraudes cometidos con identidades falsas y usurpadas dedicaré los siguientes capítulos a partir de esta Introducción:
  • Importancia de la autoría para la prevención e investigación del fraude de identidad (Capítulo 2)
  • El problema de la usurpación de la identidad (Capítulo 3)
  • La base de datos de clientes (Capítulo 4)
  • La seguridad de la información (Capítulo 5)
  • Funciones del Departamento de Prevención del Fraude (Capítulo 6)
  • La identificación formal presencial, mediante la verificación de documentos fehacientes (Capítulo 7)
  • La identificación formal no presencial, mediante medidas reforzadas de diligencia debida (Capítulo 8)
  • La prevención del fraude externo cometido con identidades falsas o usurpadas (capítulo 9)

Madrid, 21 de enero de 2013

Fabián Zambrano Viedma

                Responsable del Servicio de Prevención del Fraude